POLVORONES DE ALMENDRAS.

Ingredientes

• medio kilo de manteca de cerdo
• 250 gr de almendras tostadas
• medio kilo de azúcar glas
• 1 kilo de harina de repostería
• Una cucharada sopera de canela
• Un chorrito de anís (opcional)

• Azúcar glas  para espolvorear

Elaboración

Se pone la harina extendida en la bandeja del horno a 150º, calor arriba y abajo, durante 30 minutos, a los 15 minutos abrimos y removemos un poco (este proceso es para quitar la humedad de la harina y se seque, ya que si la tostamos en exceso amargaría); pasado este tiempo sacamos en un recipiente y dejamos enfriar.

Tostamos ligeramente las almendras en una sartén, las dejamos enfriar y luego las rallamos (yo las rallo en la thermomix pero no en exceso para que no se hagan puré)

Mezclamos la manteca (ablandada a temperatura ambiente) con el azúcar glass, luego incorporamos  la harina tamizada, la canela, almendras y el chorrito de anís. Se amasa para que se mezclen bien todos los ingredientes.

Dejamos reposar en un lebrillo una media horita (ahora aprovechamos para ir recogiendo la cocina y guardar todos los cacharros que hemos puesto por medio).

Extendemos la masa (yo la divido en cuatro), entre papel transparente y estiramos con un rodillo o bien aplanamos con la mano y alisamos con el rodillo ( la dejamos de un centímetro y medio a dos). Ahora vamos cortando los polvorones con un corta pastas, o un vaso pequeño, o con el tapón de la thermomix, los vamos poniendo en una bandeja, para cuando los tengamos todos , abrir el horno e ir poniéndolos en la rejilla que ya tenemos preparada con una plancha de silicona o bien papel de hornear, calor arriba y abajo, 180º, 20 minutos  (si se colocan bien caben en el horno treinta polvorones)

 Ya vamos viendo como se ponen de un color tostadito suave, con cuidado de no pasarnos de tiempo de horneado.

Sacamos del horno con  una espátula de cocina con mucho cuidado ya que están blanditos (al enfriar se compactan), los dejamos enfriar en una rejilla.

Cuando están fríos espolvoreamos con azúcar glass. Cuando se han enfriado del todo envolvemos en papel de seda y a comerlos, están riquísimos.